Rodolfo Montes de Oca
Si de alguien deben escribir los
anarquistas del mañana es precisamente de Stuart Christie, anarquista escocés
que con 18 años de edad cayó preso del franquismo, por colaborar en un atentado
que se iba a perpetrar contra el caudillo ibérico. Refundador de la Cruz Negra Anarquista
junto a Albert Meltzer, y cautivo del gobierno británico por el montaje que se
hiciera por su supuesta participación en la Angry Brigade.
Figura libertaria de gran talante y verbo fogoso, que la cárcel y los años de
dispersión no supieron menguar. Tuvimos la oportunidad de realizarle una corta
pero gratificante entrevista que publicamos a continuación.
¿Cuéntame un poco de tus experiencias dentro de la Prisión ?
Mis experiencias dentro de la cárcel
creo que las he mencionado en algunas de las entrevistas que he realizado, pero
también están detallados en el libro mío llamado “Franco Me Hizo Terrorista”,
que he mandado al Centro de Estudios Sociales Libertarios en Caracas. Puedes
sacar de ello lo que queréis. Hay demasiado para contarlo ahora. Solo diré que
para un joven de recién cumplido 18 años fue una experiencia iluminadora.
Estando dentro de una cárcel no es buena experiencia, pero una vez que estés
ahí, hay que mirarlo positivamente y aprender lo que se puede de la experiencia.
¿Si te pidiera que hicieras una breve comparación entre las
cárceles franquistas y las inglesas que me dirías?
En lo que concierne una comparación entre las cárceles inglesas de los años
70 y las cárceles Franquistas (en particular Carabanchel) de los años 60, yo prefiero
las cárceles Franquistas – no por la cárcel, pero por el sentido de comunidad
que hubo entre los presos y los compañeros. Era para mí como una universidad
acelerada de la vida y la política revolucionaria. Conocí a mucha gente muy
interesante con integridad y dignidad, e hice amistades que han durado toda una
vida, como por ejemplo la amistad de Luís Andrés Edo, Miguel García García,
Juan Busquets Verges, un compañero que cayo con Sabaté en el 49. En las
cárceles inglesas teníamos que trabajar mucho para organizar la vida y tuvimos
varios motines, pero eventualmente conseguimos mejorar las condiciones para los
presos.
¿Cuéntenos un poco sobre lo que te motivó a relanzar la Cruz Negra Anarquista,
su historia, y el fatídico desenlace de algunos de sus militantes?
El motivo para relanzar la Cruz Negra Anarquista
(CNA) fue que mientras yo estaba en las cárceles franquistas, las únicas
personas que tenían ayuda de fuera eran los presos religiosos, que se negaron a
juntarse con el ejército. Por lo tanto, cuando salí, uno de mis objetivos mas
inmediatos fue organizar un apoyo para los presos políticos anarquistas y
libertarios en España. Nos llamábamos en un comienzo la Cruz Negra Anarquista y
después del Congreso de Carrara (Italia) en 1968 lo cambiaríamos a la Cruz Negra Anarquista
Internacional. Después de que el compañero Miguel García García (después de
pasar veinte años en cárcel) se traslada a Londres para encargarse del
secretariado internacional.
Fue una asociación informal, sin estructura, más bien eran grupos de
afinidad anarquista en varios pueblos británicos y, después de Carrara, en
Italia, Francia, Alemania, Suiza, y los Estados Unidos.
En lo que concierne a las muertes de los compañeros de la CNA (Pinelli, Von Rauch, Tommy
Weissbecker) – hay que recordar también que Salvador Puig Antich y otros
compañeros del MIL trabajaban con nosotros cuando vivía en Londres – en nuestro
Centro Ibérico.
¿Cuáles fueron las razones que motivaron la desarticulación
de la CNA
Internacional ?
¿Recientemente, muchos grupos del anarquismo histórico y
los servicios de seguridad estatal, han acusado a diferentes CNAs de ser un
aparataje para actividades insurreccionalistas?
Siempre la CNA ha sido acusada de ser el
frente legal del ala más radical del anarquismo internacional. Eso es porque
nuestra tarea fue dar apoyo y solidaridad a los compañeros encarcelados por el
Estado, especialmente con los compañeros del grupo Primero de Mayo, Angry
Brigade, Acción Directa, GARI, etc.
¿Qué soluciones propones para que el día que derribemos los
muros de las prisiones y hagamos la revolución social, hagamos con aquellas
personas que cometan “delitos” contra
nuestra futura sociedad libertaria?
El problema de qué hacer con gente “anti-social” no tiene una solución
fácil, y es para los anarquistas y libertarios uno de los problemas más
difíciles, particularmente en la sociedad de hoy en día: post-industrial,
fragmentada y llena de jóvenes alienados viviendo vidas sin sentido de comunidad.
La única cosa que podemos hacer como anarquistas y libertarios es empujar otras
posibilidades cuando esas se presentan y otras maneras de mirar al mundo.
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