sábado, 6 de diciembre de 2014

COPEL, KAMINA LIBRE Y PCC, APUNTES Y NOTAS DE LAS REVUELTAS CARCELARIAS

Hablar de motines carcelarios no es tema nuevo, mucho menos en un país donde esta modalidad de lucha contra el sistema penitenciario se aplica prácticamente a diario. Desde Ática hasta el alzamiento del penal de Córdoba en Argentina. La acción de insurgir violentamente contra el sistema penitenciario se ha convertido en una noción casi que fundamental de la institución carcelaria. Pero en algunos casos detrás del placer de destruir lo que deforma al hombre, hay una estructura y una organización previa al alzamiento, que vale la pena revisar, por todo libertario que sueñe con el mundo nuevo que se nos debe. Esos diferentes tipo de organización, son el estudio de este articulo.
                                                                                                                       
PCC, sitio en Sao Paulo y demostración de fuerza.
El Primer Comando Capitalino, es una organización creada a finales de la década de los noventa y comienzo de este siglo en las cárceles de Sao Paulo (Brasil). Es una organización jerárquica y con un cierto grado de disciplina, compuesta en su extensa mayoría por rebeldes sociales y expropiadores (lo que la pseudo-ciencia burguesa del derecho y la miope colectividad han llamado malandros, choros, ladrones, etc.) la organización esta dirigida por Marcos Williams Herbas, mejor conocido por su apodo de ‘Marcola’. Es una organización que actúa como un partido, con doble estructura (una interna, que se ubica en la cárcel y otra externa que es en la calle) con un rígido código de obediencia y de pago de tributos a la organización (10 dólares si estas dentro de la cárcel al mes y un aproximado de 50 dólares si estas en la calle) No esta permitido el desertar y la traición se paga con sangre. Es una organización violenta que folclóricamente usa el slogan de “Paz, Justicia y Libertad”, aunque no tiene orientación política clara, en sus manifiestos incluyen frases de Marx, Engel y Lenin.  El PCC salto al estrellato, cuando en mayo pasado del 2006, organizaron una serie de acciones armadas contra estaciones policiales y bancos de Sao Paulo, acciones que fueron combinadas con alzamientos penitenciarios y revueltas carcelarias. Durante casi una semana el PCC dio demostración de fuerza y puso en jaque a las autoridades brasileñas. Sus demandas eran como de costumbre, mejores condiciones de vida dentro de las cárceles.

Después de que la insurrección de mayo, fuera controlada. Marcola y los otros líderes visibles del PCC fueron trasladados a celdas de aislamiento que son monitorizadas cada segundo. El PCC todavía sigue activo en Brasil, expandiendo sus tentáculos y preparándose para próximas demostraciones de fuerza.

COPEL, la revuelta con aires libertarios.
En 1977, comienza en España el proceso de la transición  a través del detestable “pacto de la Moncloa” que al igual que aquí, con el “pacto de punto fijo” o el “polo patriótico” la nueva casta dirigente se aseguraba un piso jurídico y de coexistencia partidista para poder garantizar su existencia y frenar cualquier acción sediciosa. Esta transición trajo consigo un proceso de amnistía que solo beneficiaba a los presos políticos, excluyendo de esta manera, a los denominados presos “comunes”.  Estos últimos e influenciados por los presos políticos más insumisos (en su gran mayoría anarquista) comenzaron a organizarse y crearon la COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha), experiencia asamblearia, inspirada en los grupos anarquista y presente en diferentes prisiones ibéricas. Bajo el grito de “Amnistía para todos” reivindicaron sus derechos, la derogación de la Ley de Peligrosidad Social y unas mejores condiciones de vida en la prisión. Durante ese año se organizaron 50 motines en diferentes cárceles, 9 de ellos con múltiples destrozos e incendios. La COPEL como organización tenía una doble estructura, una interna compuesta por los presos y otra externa compuesta por los familiares y simpatizantes que los apoyaba. No tenia lideres impuestos sino responsables que asumían en determinadas situaciones determinadas tareas. Hay que ser justos y acotar que la COPEL sin tener un génesis anarquista, su funcionamiento y estructura era muy libertaria. Esto motivo que  muchos anarquistas privados de su libertad, participaran activamente en sus asambleas, vale la pena recordar, Agustín Rueda, quien moriría de una paliza que le dieran los fantoches uniformados al negarse a delatar a sus compañeros que se iban a fugar por un túnel. La cooperación entre los presos comunes y políticos fue codo a codo, borrando de esta manera el apelativo puesto por la sociedad a los rebeldes sociales.

Después de movilizar al sector consciente de la sociedad ibérica, la COPEL fue literalmente exterminada por el estado español, a través de una reforma penal, y el constante hostigamiento y traslado de sus elementos más contestatarios. La COPEL fue desapareciendo poco a poco hasta quedar inoperante y controlada. Dejando como herencia el sistema de aislamiento impuesto por las autoridades a los revoltosos y que seria antesala del infame régimen FIES.

Kamina Libre, de la CAS a la calle.
El Colectivo Kamina Libre, se formo a finales de la década de los 90’s en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) de Santiago de Chile. Esta agrupación estaba compuesta Pablo Morales, Álvaro Rodríguez, Marcelo Villaroel y Rodolfo Retamales. Aunque todos provenían del grupo guerrillero Mapu-Lautaro, de tendencia maoísta, los cuatro revolucionarios se separaron del grupo por discrepancias políticas, abrazando de esta manera el ideal antiautoritario. Kamina Libre actuaba al igual que el COPEL de manera asamblearia, autogestionaba sus acciones y contaba también con una doble estructura. Kamina Libre se hizo famoso a nivel global cuando en verano del 2003 comenzaron sus integrantes una huelga de hambre indefinida que contó con una amplia movilización callejera y de solidaridad, que ayudaron a presionar a los títeres de la concertación para que les devolvieran su apreciada libertad. Hay que reseñar que Kamina Libre no es el único grupo en lucha en Chile; Chile ha dado ejemplo de lucha contra las cárceles y de ser indirectamente la punta de lanza en la lucha abolicionista. Desde los presos mapuches hasta los del FPMR o el MIR, la insurgencia de base, combate interna y externamente al capital y a sus sistemas de coacción y control social.

Moralejas y apuntes abolicionistas.
Estas tres experiencias nos dejan una serie de reflexiones que debemos analizar cuidadosamente y replantear en nuestra lucha diaria. Primero que nada es la falsa división entre un preso político y social, no hay tal división, es una simple ficción jurídica, la diferencia entre un preso social y uno político, es que el político tiene conciencia de sus actos y sabe que esta atacando, con su accionar, al sistema, mientras que el otro carece de conciencia y de interpretación, y ataca al sistema de manera indirecta y atendiendo a sus necesidades. Ambos son privados de su libertad, comparte ese denominador común, y la gran mayoría de los llamados presos políticos y comunes, están secuestrados por el estado por llevar acabo acciones contra la propiedad privada. Ambos actúan con la voluntad de expropiar lo adeudado, pero con la diferencia que el común, por carecer de conciencia de clases, se apropia del bien, cometiendo el mismo error que al que expropio, y el político expropia para distribuir, lo cual es la única diferencia viable entre las dos supuestas distinciones. Hay que ser racionales y separar de esta distinción a las personas que atentan contra la integridad física y sexual de las personas.

Otro apunte básico es la solidaridad que debe existir entre un grupo y otro, ambos son víctimas del sistema capitalista, ambos deben entrelazarse para combatir la sociedad que los ha excluido. Los ejemplos de estructura doble, se evidencian en los tres casos mencionados, este es otro dato para analizar; los presos por si solos no pueden emprender el cambio, en ellos pesa la parte más difícil, en eso estamos claro, pero deben ser respaldados por un fuerte movimiento exterior y de calle que los ayude a propagar su demanda. Los comités de familiares son básicos en esta tarea. Los presos no pueden actuar solos, necesitan para su triunfo un fuerte movimiento de calle que denuncie y los apoye en sus decisiones.

No hay mas lideres que la asamblea, esto es lo mas valioso de los últimos dos casos, con excepción del caso del PCC que actúa como un partido, con jerarquía y lideres, los otros dos casos atienden a formas de organización más humanas e eficientes. Estas últimas deben ser las que tomen los colectivos de presos. Cada reo es un protagonista, no hay Mesías ni “gurus carcelarios”, los “pramnes” o lideres de pabellones deben ser siempre, meros responsables o animadores, no semidioses, un verdadero líder no actúa a capricho propio sino atendiendo a las demandas de las bases. Esto no solo democratiza la experiencia, sino que evita que a falta de un líder se desmantele la iniciativa. No se necesita una cabeza sino miles de cabezas. Hay que acotar que el liderazgo debe surgir de sus propias bases y núcleos de protesta, y no permitir que cualquier fantoche con ánimos de líder o con ganas de ganar espacio en los medios de información, secuestre la voluntad colectiva y guié el espíritu de la protesta por otros senderos; esto va dirigido a las ONGs y abogados que buscan sacar provechos de las miserias ajenas. Que a la hora de la verdad pactan unas míseras mejoras penitenciarias y se lavan las manos como Poncio Pilato a la hora de que son reprimidos los presos.

Hay que resaltar que los tres ejemplos presentados anteriormente no son los únicos ejemplos de organización dentro de las cárceles, son simplemente algunos de los ejemplos. Pretender que el poder revoltoso contra el sistema penitenciario, se reduce en esos tres ejemplos de organización, seria una grave estupidez. Desde sindicatos de presos como el Missouri Prisoners Labor Union (MPLU) hasta la Cruz Negra Anarquista, hay muchas formas lúdicas y dinámicas de organizarse contra la cárcel.

Pero la moraleja más importante, es que, “no puede haber abolición sin revolución, ni revolución sin abolición” el tópico preferido de los abolicionistas locales se repite de nuevo. Tanto el PCC como el COPEL tenían la fuerza interna para resurgir y ser exitoso en sus objetivos pero fueron rápidamente controlados, porque al momentos de actuar, no había condiciones para una sedición general. Mientras que en Chile, no tenían suficiente fuerza interna pero contaba con una tensión favorable en la calle, que a la final fue el gran impulsor de la acción de Kamina Libre. Para que una acción sea eficiente debe contar con ambos requisitos fundamentales e imprescindibles, un clima favorable o de tensión social en la calle y la suficiente organización y fuerza interna para reclamar lo justo y resistir.


Para culminar y como nota capciosa, dirigida principalmente a los inquisidores, tengo que decir que este articulo no  busca instigar ni determinar a que nadie cometa ningún acto, no tiene ánimos insurgentes, simplemente se esta analizando una situación social que los abolicionistas locales consideramos simpática por su alto contenido experimental. Que podría servir al avance de la humanidad y del género humano. Así que en futuros teoremas inquisitoriales por favor exímanse de colocar este escrito en el libelo de la causa.

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