Hablar de motines carcelarios no
es tema nuevo, mucho menos en un país donde esta modalidad de lucha contra el
sistema penitenciario se aplica prácticamente a diario. Desde Ática hasta el
alzamiento del penal de Córdoba en Argentina. La acción de insurgir
violentamente contra el sistema penitenciario se ha convertido en una noción
casi que fundamental de la institución carcelaria. Pero en algunos casos detrás
del placer de destruir lo que deforma al hombre, hay una estructura y una
organización previa al alzamiento, que vale la pena revisar, por todo
libertario que sueñe con el mundo nuevo que se nos debe. Esos diferentes tipo
de organización, son el estudio de este articulo.
PCC, sitio en Sao Paulo y demostración de fuerza.
El Primer Comando Capitalino, es
una organización creada a finales de la década de los noventa y comienzo de
este siglo en las cárceles de Sao Paulo (Brasil). Es una organización
jerárquica y con un cierto grado de disciplina, compuesta en su extensa mayoría
por rebeldes sociales y expropiadores (lo que la pseudo-ciencia burguesa del
derecho y la miope colectividad han llamado malandros, choros, ladrones, etc.)
la organización esta dirigida por Marcos Williams Herbas, mejor conocido por su
apodo de ‘Marcola’. Es una
organización que actúa como un partido, con doble estructura (una interna, que
se ubica en la cárcel y otra externa que es en la calle) con un rígido código de
obediencia y de pago de tributos a la organización (10 dólares si estas dentro
de la cárcel al mes y un aproximado de 50 dólares si estas en la calle) No esta
permitido el desertar y la traición se paga con sangre. Es una organización
violenta que folclóricamente usa el slogan de “Paz, Justicia y Libertad”, aunque no tiene orientación política
clara, en sus manifiestos incluyen frases de Marx, Engel y Lenin. El PCC salto al estrellato, cuando en mayo
pasado del 2006, organizaron una serie de acciones armadas contra estaciones
policiales y bancos de Sao Paulo, acciones que fueron combinadas con
alzamientos penitenciarios y revueltas carcelarias. Durante casi una semana el
PCC dio demostración de fuerza y puso en jaque a las autoridades brasileñas.
Sus demandas eran como de costumbre, mejores condiciones de vida dentro de las
cárceles.
Después de que la insurrección de
mayo, fuera controlada. Marcola y los otros líderes visibles del PCC fueron
trasladados a celdas de aislamiento que son monitorizadas cada segundo. El PCC
todavía sigue activo en Brasil, expandiendo sus tentáculos y preparándose para
próximas demostraciones de fuerza.
COPEL, la revuelta con aires libertarios.
En 1977, comienza en España el
proceso de la transición a través del
detestable “pacto de la Moncloa ” que al igual
que aquí, con el “pacto de punto fijo”
o el “polo patriótico” la nueva casta
dirigente se aseguraba un piso jurídico y de coexistencia partidista para poder
garantizar su existencia y frenar cualquier acción sediciosa. Esta transición
trajo consigo un proceso de amnistía que solo beneficiaba a los presos
políticos, excluyendo de esta manera, a los denominados presos “comunes”. Estos últimos e influenciados por los presos
políticos más insumisos (en su gran mayoría anarquista) comenzaron a
organizarse y crearon la COPEL
(Coordinadora de Presos en Lucha), experiencia asamblearia, inspirada en los
grupos anarquista y presente en diferentes prisiones ibéricas. Bajo el grito de
“Amnistía para todos” reivindicaron
sus derechos, la derogación de la
Ley de Peligrosidad Social y unas mejores condiciones de vida
en la prisión. Durante ese año se organizaron 50 motines en diferentes
cárceles, 9 de ellos con múltiples destrozos e incendios. La COPEL como organización
tenía una doble estructura, una interna compuesta por los presos y otra externa
compuesta por los familiares y simpatizantes que los apoyaba. No tenia lideres
impuestos sino responsables que asumían en determinadas situaciones
determinadas tareas. Hay que ser justos y acotar que la COPEL sin tener un génesis
anarquista, su funcionamiento y estructura era muy libertaria. Esto motivo
que muchos anarquistas privados de su
libertad, participaran activamente en sus asambleas, vale la pena recordar,
Agustín Rueda, quien moriría de una paliza que le dieran los fantoches
uniformados al negarse a delatar a sus compañeros que se iban a fugar por un
túnel. La cooperación entre los presos comunes y políticos fue codo a codo,
borrando de esta manera el apelativo puesto por la sociedad a los rebeldes
sociales.
Después de movilizar al sector
consciente de la sociedad ibérica, la
COPEL fue literalmente exterminada por el estado español, a
través de una reforma penal, y el constante hostigamiento y traslado de sus
elementos más contestatarios. La
COPEL fue desapareciendo poco a poco hasta quedar inoperante
y controlada. Dejando como herencia el sistema de aislamiento impuesto por las
autoridades a los revoltosos y que seria antesala del infame régimen FIES.
Kamina Libre, de la
CAS a la calle.
El Colectivo Kamina Libre, se
formo a finales de la década de los 90’s en la Cárcel de Alta Seguridad
(CAS) de Santiago de Chile. Esta agrupación estaba compuesta Pablo Morales,
Álvaro Rodríguez, Marcelo Villaroel y Rodolfo Retamales. Aunque todos provenían
del grupo guerrillero Mapu-Lautaro, de tendencia maoísta, los cuatro
revolucionarios se separaron del grupo por discrepancias políticas, abrazando
de esta manera el ideal antiautoritario. Kamina Libre actuaba al igual que el
COPEL de manera asamblearia, autogestionaba sus acciones y contaba también con
una doble estructura. Kamina Libre se hizo famoso a nivel global cuando en
verano del 2003 comenzaron sus integrantes una huelga de hambre indefinida que
contó con una amplia movilización callejera y de solidaridad, que ayudaron a
presionar a los títeres de la concertación para que les devolvieran su
apreciada libertad. Hay que reseñar que Kamina Libre no es el único grupo en
lucha en Chile; Chile ha dado ejemplo de lucha contra las cárceles y de ser indirectamente
la punta de lanza en la lucha abolicionista. Desde los presos mapuches hasta
los del FPMR o el MIR, la insurgencia de base, combate interna y externamente
al capital y a sus sistemas de coacción y control social.
Moralejas y apuntes abolicionistas.
Estas tres experiencias nos dejan
una serie de reflexiones que debemos analizar cuidadosamente y replantear en
nuestra lucha diaria. Primero que nada es la falsa división entre un preso
político y social, no hay tal división, es una simple ficción jurídica, la
diferencia entre un preso social y uno político, es que el político tiene
conciencia de sus actos y sabe que esta atacando, con su accionar, al sistema,
mientras que el otro carece de conciencia y de interpretación, y ataca al
sistema de manera indirecta y atendiendo a sus necesidades. Ambos son privados
de su libertad, comparte ese denominador común, y la gran mayoría de los
llamados presos políticos y comunes, están secuestrados por el estado por
llevar acabo acciones contra la propiedad privada. Ambos actúan con la voluntad
de expropiar lo adeudado, pero con la diferencia que el común, por carecer de
conciencia de clases, se apropia del bien, cometiendo el mismo error que al que
expropio, y el político expropia para distribuir, lo cual es la única
diferencia viable entre las dos supuestas distinciones. Hay que ser racionales
y separar de esta distinción a las personas que atentan contra la integridad
física y sexual de las personas.
Otro apunte básico es la
solidaridad que debe existir entre un grupo y otro, ambos son víctimas del
sistema capitalista, ambos deben entrelazarse para combatir la sociedad que los
ha excluido. Los ejemplos de estructura doble, se evidencian en los tres casos
mencionados, este es otro dato para analizar; los presos por si solos no pueden
emprender el cambio, en ellos pesa la parte más difícil, en eso estamos claro,
pero deben ser respaldados por un fuerte movimiento exterior y de calle que los
ayude a propagar su demanda. Los comités de familiares son básicos en esta tarea.
Los presos no pueden actuar solos, necesitan para su triunfo un fuerte
movimiento de calle que denuncie y los apoye en sus decisiones.
No hay mas lideres que la
asamblea, esto es lo mas valioso de los últimos dos casos, con excepción del
caso del PCC que actúa como un partido, con jerarquía y lideres, los otros dos
casos atienden a formas de organización más humanas e eficientes. Estas últimas
deben ser las que tomen los colectivos de presos. Cada reo es un protagonista,
no hay Mesías ni “gurus carcelarios”,
los “pramnes” o lideres de pabellones
deben ser siempre, meros responsables o animadores, no semidioses, un verdadero
líder no actúa a capricho propio sino atendiendo a las demandas de las bases.
Esto no solo democratiza la experiencia, sino que evita que a falta de un líder
se desmantele la iniciativa. No se necesita una cabeza sino miles de cabezas.
Hay que acotar que el liderazgo debe surgir de sus propias bases y núcleos de
protesta, y no permitir que cualquier fantoche con ánimos de líder o con ganas
de ganar espacio en los medios de información, secuestre la voluntad colectiva
y guié el espíritu de la protesta por otros senderos; esto va dirigido a las
ONGs y abogados que buscan sacar provechos de las miserias ajenas. Que a la
hora de la verdad pactan unas míseras mejoras penitenciarias y se lavan las
manos como Poncio Pilato a la hora de que son reprimidos los presos.
Hay que resaltar que los tres
ejemplos presentados anteriormente no son los únicos ejemplos de organización
dentro de las cárceles, son simplemente algunos de los ejemplos. Pretender que
el poder revoltoso contra el sistema penitenciario, se reduce en esos tres
ejemplos de organización, seria una grave estupidez. Desde sindicatos de presos
como el Missouri Prisoners Labor Union (MPLU) hasta la Cruz Negra Anarquista,
hay muchas formas lúdicas y dinámicas de organizarse contra la cárcel.
Pero la moraleja más importante,
es que, “no puede haber abolición sin
revolución, ni revolución sin abolición” el tópico preferido de los abolicionistas
locales se repite de nuevo. Tanto el PCC como el COPEL tenían la fuerza interna
para resurgir y ser exitoso en sus objetivos pero fueron rápidamente
controlados, porque al momentos de actuar, no había condiciones para una
sedición general. Mientras que en Chile, no tenían suficiente fuerza interna
pero contaba con una tensión favorable en la calle, que a la final fue el gran
impulsor de la acción de Kamina Libre. Para que una acción sea eficiente debe
contar con ambos requisitos fundamentales e imprescindibles, un clima favorable
o de tensión social en la calle y la suficiente organización y fuerza interna
para reclamar lo justo y resistir.
Para culminar y como nota
capciosa, dirigida principalmente a los inquisidores, tengo que decir que este
articulo no busca instigar ni determinar
a que nadie cometa ningún acto, no tiene ánimos insurgentes, simplemente se
esta analizando una situación social que los abolicionistas locales
consideramos simpática por su alto contenido experimental. Que podría servir al
avance de la humanidad y del género humano. Así que en futuros teoremas
inquisitoriales por favor exímanse de colocar este escrito en el libelo de la
causa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario